Carta del Rector

Estos días hemos descubierto que el mismísimo Rector se sabe nuestros nombres, y además se toma la molestia de informarnos personalmente sobre los últimos cuatro años.Se conocen casos de profesores que han tenido que ser llevados a urgencias tras leer la última frase de "Recibe un fuerte abrazo y mi agradecimiento por tu contribución al avance de nuestra Universidad"


Y es que parece ser que hemos entrado en campaña electoral, aunque hasta hoy aún no se había abierto ni siquiera el plazo de presentación de candidaturas. Ya podemos encontrar páginas web con los programas (a algunos lo del programa no lo consideraron necesario), carteles informativos por el campus y visitas a los "campus conocidos" de la Universidad (que parece que Colmenarejo no existe).


Pero, realmente, ¿qué sabemos de las elecciones a rector? Para muchos puede parecer una tontería que no nos va a afectar para nada y da lo mismo quien este ahí figurando, si no los vamos a ver en nuestra vida académica (que para algunos se solapa con nuestra vida en general). Nosotros, humildes redactores, queremos decir que en realidad si que nos afecta, y mucho, no por la cantidad de actos en los que tiren el dinero (hemos descubierto cuantas graduaciones distintas puede haber en un sólo año y os sorprenderíais) sino que dependiendo de que rector salga, habrá unos vicerrectores u otros y eso si que nos influye.


Los más veteranos en nuestras filas recuerdan todavía la época de Peces-Barba (pleistoceno para muchos de nosotros) y dicen que, entonces, había muchas cosas mejorables pero, más o menos, no se vivía mal. Los vicerrectores eran accesibles, las cosas se hacían anunciándolas y dando lugar a debate y, en general, la incertidumbre no era demasiada.


Luego llegaron las elecciones donde se presentaron Luciano Parejo, Jose Manuel Torralba y Daniel Peña.
Elecciones que ganó Peña por unos setecientos votos (curiosamente de la EPS) y que, tras ganarlas, pareció olvidarse completamente de que había unas cosas llamadas estudiantes (reconozcamoslo, para rectorado no somos personas. Con suerte llegamos a la categoría de números) cuyas opiniones no importaban en absoluto y cuya inteligencia rivalizaba con la de un periquito amaestrado. Prisas, caos, desinformación, opacidad, chapuzas... vamos, todos los estamentos de la universidad puteados en todo momento, todavía no sabemos con que fin, y mientras la gente colgándose flores y afirmando que realmente había un plan maestro que nadie más conocía (ni podía conocer ni publicar, evidentemente) para que todo funcionase como la seda. ( Vamos lo que el Rector resumía con: "...claros inconvenientes para los estudiantes que, como tú, cursaban ya sus estudios y han tenido que sufrir esta transformación. Soy consciente de las dificultades que habéis afrontado y, a lo largo de estos tres últimos años, hemos procurado que podáis terminar vuestras carreras de la forma más satisfactoria posible...")


Y ahora han pasado cuatro años... (aunque nos han llegado chivatazos de que vicerrectorados han dejado de hacer cosas y reunirse seis meses antes de que terminase el mandato... vamos, que lo de los quince días de preaviso antes de dejar el trabajo se lo toman a la tremenda, vaya) y toca hacer balance. Y ver que nos ofrecen los otros dos candidatos: Luciano Parejo (¿el que la sigue la consigue?) y Paco Marcellan.

Porque, evidentemente, hacerlo peor de lo que se ha hecho en estos cuatro años es complicado... pero en este país es totalmente posible. La gran pregunta es... ¿alguno de ellos puede hacerlo mejor?